La suplementación con calcio reduce el riesgo de hipertensión y preeclampsia durante el embarazo. Pero ojo, porque como el calcio inhibe la absorción de hierro, la suplementación con calcio no debe administrarse junto con la dosis diaria recomendada de hierro y ácido fólico durante el día.
El bebé necesita calcio para tener huesos y dientes fuertes, ya que aumenta su densidad ósea, así como para un corazón, sistemas de coagulación y músculos sanos.
Sobre todo durante los últimos 2 trimestres del embarazo y el período de la lactancia, el consumo de calcio debe aumentar, ya que si el bebé no recibe el calcio suficiente para su correcto desarrollo desde la dieta, lo adquirirá de los huesos de la madre. Por este motivo, es importante proteger la masa ósea de la madre y así evitar que padezca de osteoporosis en el futuro.
La ingesta diaria recomendada de calcio durante el embarazo varía mucho. Según la Organización Mundial de la Salud es de 1200 mg/día, sin embargo, otras recomendaciones reducen la cantidad a 900 miligramos.
Lo que está claro es que hay que aumentar el nivel de calcio en esta etapa, con lo que podría ser suficiente aumentar la dieta diaria con el equivalente a dos vasos de leche, o un vaso y dos yogures (aproximadamente) durante los nueve meses de gestación.
Además, específicamente en embarazadas en las que se estima una baja ingesta de calcio (sobre todo con baja ingesta de lácteos) previa o durante la gestación y en las que tienen alto riesgo de hipertensión y de preeclampsia, se recomienda la suplementación con Osteogalen hasta alcanzar los requerimientos propuestos.