Es primordial, durante la gestación, aumentar los niveles de las vitaminas y minerales que intervienen en el desarrollo del bebé y entre ellos está el calcio, un pilar indispensable para un embarazo y un bebé saludables.
El embarazo es una situación biológica de la mujer en la que la nutrición y el aporte de nutrientes son esenciales para el buen desarrollo del futuro bebé y la salud de la madre. El rápido crecimiento de los fetos, que llegan a doblar su peso en tan solo seis semanas en el útero, depende del aporte de nutrientes que reciba a través de la placenta.
Los últimos estudios señalan que el suplemento de calcio diario podría disminuir la incidencia de hipertensión durante el embarazo. Los alimentos ricos en calcio (de mayor a menor contenido) son los quesos, las sardinas, las almendras, las avellanas, los langostinos, los yogures, los higos, los garbanzos y otras legumbres.
A lo largo del embarazo la mujer sufre notables cambios en la metabolización del calcio. El más importante es el aumento de su absorción intestinal para facilitar el aporte de calcio de la madre al feto.
Evidentemente, este necesita una importante cantidad de este nutriente para la formación de sus huesos y para el correcto funcionamiento de su corazón, nervios y músculos. No debemos olvidar que el calcio consumido en el embarazo también será clave para que el bebé desarrolle un ritmo cardiaco y una capacidad de coagulación normales.
Así pues, durante la gestación la madre debe consumir suficiente calcio para garantizar, por una parte, las demandas del bebé y, por otra mantener sus niveles plasmáticos y óseos. Si no es así, el bebé puede adquirir el calcio que necesita de la madre y provocar una descalcificación de los huesos que derive en una osteoporosis.
La cantidad recomendada de calcio al día es de 1200mg. Si no consumís en tu dieta de embarazada suficiente calcio, el cuerpo lo tomará de los huesos y con el tiempo se debilitarán considerablemente y podrá desembocar en osteoporosis. Asimismo, si al bebé no le llega el calcio suficiente también lo adquirirá de tus huesos.
El papel del Calcio en el embarazo:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que la suplementación de calcio se reservaría para grupos de población de alto riesgo como gestantes con déficits alimentarios o ingesta muy pobre de calcio (menos de 600 mg. al día) o mujeres con alto riesgo de sufrir preemclapsia (mujeres con antecedentes de esta enfermedad, embarazadas mayores de 40 años, gestantes con hipertensión arterial o mujeres con problemas renales).
La preeclampsia es una condición que ocurre solamente durante el embarazo. Algunos síntomas de preeclampsia pueden incluir la hipertensión arterial y proteína en la orina que ocurre después de la semana 20 del embarazo. La preeclampsia es a menudo preludiada por la hipertensión gestacional. Es más que una hipertensión arterial durante el embarazo que daña a los riñones provocando la pérdida de proteínas por la orina. Si no se controla, sus complicaciones pondrán en peligro a la madre y al bebé.
La OMS recomienda que la suplementación con calcio en el embarazo vaya acompañada siempre de suplementos de vitamina D y de asesoramiento para promover unos hábitos alimentarios adecuados.
Las madres lactantes pierden concentración de masa ósea durante la lactancia; la diferencia es que en aquellas que toman suplementos el hueso se endurece más pronto al dejar de amamantar.
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