El aceite de krill tiene un efecto trifecta cuando se trata de nutrientes EPA/DHA, colina y astaxantina que son importantes para una salud óptima.

No es ningún secreto que la mayoría de la población mundial tiene deficiencia de omega-3. De hecho, un estudio publicado en Progress in Lipid Research analizó poblaciones en América del Norte, América Central y del Sur, Europa, Medio Oriente, Sudeste Asiático y África, y encontró que muchas personas tienen niveles bajos o muy bajos de omega-3. Por esta razón, es importante que los consumidores consideren el índice Omega-3: la cantidad de ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA) en las membranas de los glóbulos rojos, expresada como porcentaje de los ácidos grasos totales.

Fuerte evidencia muestra que mantener un Índice de Omega-3 por encima del 8% está relacionado con una mejor salud general. Por ejemplo, un estudio reciente de más de 27 000 personas encontró que un índice de omega-3 superior al 8 % se asoció con una reducción del 35 % del riesgo de enfermedad coronaria (CHD) mortal en relación con las personas con un índice de omega-3 inferior al 4 %. De hecho, los niveles relativamente más bajos de los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA se han asociado con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, 3deterioro cerebral cognitivo y estructural, enfermedades oculares y mucho más. Por lo tanto, obtener una ingesta suficiente de EPA y DHA a través de la dieta o tomando un suplemento nutricional puede conducir a mejores resultados de salud en humanos.

Aceite de krill, una opción omega-3 cada vez más popular

Hace más de 10 años, la categoría de aceite de krill no existía, pero hoy en día es la segunda fuente comercial más grande de omega-3 EPA/DHA después del aceite de pescado. El krill se está convirtiendo en una alternativa popular en el espacio omega-3, impulsado por la ciencia y las tecnologías innovadoras que ayudan a dirigir la industria del aceite de krill hacia nuevas áreas.

El aceite de krill es único porque proporciona EPA y DHA principalmente en forma de fosfolípidos, que son estructuralmente diferentes a los triglicéridos omega-3 que se encuentran en los aceites de pescado. Esta diferencia es crucial porque dicta cómo se entregan EPA y DHA en el cuerpo. Dado que los omega-3 del krill se transportan directamente a la sangre a través de los fosfolípidos, ayudan a elevar el índice de omega-3 de manera más eficiente.  El cuerpo reconoce inmediatamente los fosfolípidos omega-3 y los incorpora a las células antes de llevarlos a los tejidos y órganos que más los necesitan. Las fuentes de omega-3 en forma de triglicéridos deben procesarse en el hígado antes de que las células puedan absorberlas y utilizarlas en el cuerpo.

El aceite de krill también ofrece colina y astaxantina, dos nutrientes esenciales que a menudo se pasan por alto y se subestiman, pero con una multitud de beneficios para la salud.

La colina es un macronutriente que el cuerpo necesita para muchas cosas, como la estructura celular, la función y la señalización, y al igual que los ácidos grasos omega-3, la colina contribuye a la salud cardiovascular, hepática y cognitiva.  La colina es un compuesto orgánico soluble en agua, no es ni una vitamina ni un mineral, y a menudo se agrupa con el complejo de vitamina B debido a sus propiedades y funciones similares. Solo se pueden producir cantidades muy pequeñas de colina en el hígado, por lo tanto, la mayoría debe provenir de la dieta, como los omega-3.

En el aceite de krill, la colina está presente principalmente en forma de fosfatidilcolina (PC), que es un componente estructural de las membranas celulares. El noventa y cinco por ciento de la colina en el cuerpo se encuentra en forma de fosfolípidos como fosfatidilcolina.

La colina es un nutriente condicionalmente esencial, que se necesita en la síntesis de neurotransmisores (acetilcolina) y fosfolípidos (PC, liso-PC, plasmalógeno de colina y esfingomielina). El cuerpo solo puede producir una pequeña cantidad de colina, lo que significa que la mayor parte del suministro de colina de una persona debe tomarse de la dieta. Sorprendentemente, la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición en 2003-2004 concluyó que el 90% de la población estadounidense tiene una ingesta inadecuada de colina. 

Los estudios indican que la deficiencia de colina puede aumentar el riesgo de desarrollar hígado graso y enfermedades cardíacas, así como interferir con la memoria. Por lo tanto, una mayor ingesta de colina puede conducir a mejores resultados de salud para las personas que sufren de deficiencia de colina.

La astaxantina es un nutriente igualmente importante. La astaxantina, que se encuentra naturalmente en el aceite de krill, ayuda a mantener sus omega-3 naturalmente frescos y estables, eliminando la necesidad de añadir antioxidantes o estabilizadores. El aceite de krill es de color rojo intenso debido a la astaxantina, que tiene una multitud de beneficios. La astaxantina ofrece propiedades antiinflamatorias con la capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica, se ha asociado con la protección de los lípidos y las lipoproteínas de baja densidad (LDL) de la oxidación, y puede ser beneficiosa para la salud cardiovascular porque aumenta la “buena” alta colesterol de lipoproteína de densidad (HDL) y reduce los niveles de triglicéridos. Finalmente, la astaxantina tiene el potencial de neutralizar los radicales libres, las moléculas inestables que pueden dañar las células y aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad y enfermedades del corazón. 

El aceite de krill tiene un efecto trifecta cuando se trata de nutrientes: EPA/DHA, colina y astaxantina son todos importantes para una salud óptima.

Fuente:Andreas Berg Storsve, Ph.D., es el director de I+D de Aker BioMarine . Storsve recibió su doctorado de la Universidad de Oslo y fue becario Fulbright en el Centro Athinoula A. Martinos para Imágenes Biomédicas, Hospital General de Massachusetts/Escuela de Medicina de Harvard.